Al hablar de cuerpo, alma y espíritu, este último es el más importante, pues sin espíritu no hay vida en la carne, ni en el alma, pues el espíritu porta la vida. Dios es la vida, por lo tanto el espíritu original es Dios, que reparte vida a todos, el puede dar vida, y quitarla. Ez. 3: 5, 6; Is. 26: 9; Sgo 2: 26.
La vida, es la luz
espiritual, si esta luz se apaga, no queda conciencia de nada, pero ya dijimos
que la vida es Dios, y Dios es espíritu, esa es una luz que nunca se apaga, por
lo tanto la vida en si misma nunca se apaga, lo que se puede apagar es el lugar
que porta la luz de la vida, y eso es el alma, el Yo soy individual de cada ser
viviente, entonces se cumple Eclesiastés 9:5, 6; 12:7 El polvo vuelve a la tierra, como
era y el espíritu vuelve a Dios que lo dio.
En este versículo hay
mucha ciencia encerrada, recordemos el principio científico que dice:¨ La
energía, ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Eso es verdad, la energía primera es Dios,
jamás puede ser destruida, por lo tanto el espíritu o conciencia de Yo vivo,
regresa a Dios, pero si el Yo soy se apega, a la casa material del cuerpo
físico, este es polvo que vuelve a la tierra, el yo soy muere. A los inicuos,
se les apaga la luz de la conciencia de su propia identidad, y dejan de ser. Job. 33: 28, 30; 38:
15. El proceso, puede ser tormentoso, pero de eso hablaremos mas tarde.
Pero si el alma se apega al espíritu que es la
vida, entonces el Yo soy seguirá viviendo en un cuerpo espiritual Jn. 6: 63.