INTRODUCCION
En la parte III de esta serie, quedamos en que todas las almas estaban
de pie ante el gran trono blanco. Estas almas habían sido vivificadas por su espíritu
de humano, pero además tenemos a espíritus ángeles, por encima del espíritu
humano, que es como su cuerpo, ahora estos ángeles son como cabezas de estas
almas, tienen responsabilidad y van al juicio final que es para los espíritus.
En Cuerpo, Alma y Espíritu II, vimos como los ángeles de Cristo luchan
contra los ángeles del dragón, pero ambos están relacionados con la parte
humana, son estos ángeles que entregan la parte humana, y mueren como mártires,
pues la parte humana es como una casa para estos. Pero los ángeles caídos se
apegan a la casa, y a sus posesiones antes que a Dios. Ahora estos ángeles caídos
serán juzgados, y junto a sus almas perdidas, Irán al lago de fuego.
Pero no podemos profundizar sobre el lago de fuego sin antes abundar
sobre El Tártaro, porque son términos muy relacionados.
Habíamos prometido hablar sobre
La Nueva Jerusalén, pero debido a la necesidad de introducir el tártaro, la N.
J. será en un próximo tema, para no hacerlo demasiado extenso.